Telefe La casa de Gran Hermano estalló como nunca antes, los participantes se rebelaron y se amotinaron cual piqueteros en medio de la ruta negándose a acatar la sanción que les impartió el dueño de la casa (GH) luego del comportamiento precario que estuvieron teniendo. Sus 'guerras de almohadas inocentes' generaron la rotura de varios elementos y pusieron en peligro la integridad física de ellos mismos.
Antes que todo (o nada) quiero aclarar que vi todas las ediciones de Gran Hermano Argentina y nunca me sorprendí tanto como hoy. Si bien la Gala fue realmente patética y para nada acorde al formato, cuando empecé a ver los tapes de lo que había sucedido dentro de la casa me causó mucho rechazo. Sin poder creer lo que estaba viendo, no entendí cómo un grupo de personas adultas podían estar manifestando tales niveles de violencia contenida exhibiéndolas de manera tan promiscua y primitiva.
Por otro lado me sorprendió cómo Telefe se expone cada vez más con esta generación de 'hermanitos'. En otras temporadas, apenas hacían alguna crítica a la producción las cámaras cambiaban y todo se tapaba, en esta, la rebeldía excesiva los tuvo que hacer tomar otro rumbo: mostrar TODO.
Ahora, la atracción no es el juego, ni las estrategias, ni las nominaciones... atrás quedaron (por el momento) los grupitos y ni hablar de algún romance perdido por ahí. Los chicos están buscando unirse contra la producción, el programa y hacerlos perder audiencia. Una especie de huelga por el castigo del cual ellos no se creen merecedores.
Convengamos que es una generación que está muy pendiente del afuera, del rating intentando hacer de todo para que los vean. Se levantan y piensan que están en AM, se acuestan y saben que están en la trasnoche en vivo. Tienen muchas temporadas vistas y la ficha bien sacada. Están usando la casa como un medio para luego llegar a las revistas, novelas o algún 'bailando' y en el intento desprestigian un formato líder a nivel mundial que tiene muchísimo jugo para largar. Esta generación es un DESPERDICIO.
Volviendo al hecho. La noche de año nuevo (y capítulos anteriores) los participantes rompieron muchos elementos de la casa -y muy costosos- por lo que Gran Hermano decidió darles por perdida la prueba semanal y reducir el presupuesto. Una sanción light (ya que yo hubiera mandado a todos a placa) pero sabemos que la comida es lo que más se sufre dentro de la casa. Sin ton ni son y en vez de asumir su responsabilidad, los 'casi angeles' actuaron cual 'rebeldes way' y se dispusieron a hacerle frente a Jorge Rial quien se habrá visto atónito ante tamaño nivel de pelotudos con los cuales intentaba mantener una conversación.
Ahí saltó el heavy jodido de Emanuel 'yo tengo toda la vida vivida', junto con Emiliano 'Bisbal' y empezaron los reclamos porque la producción no los atendía. También saltó el que las pasó todas: Cristian U. y dijo que tenía una ampollita en su boca y que no le habían mandado la medicación y, agregó quejoso, que luego de haber rota toda la casa, tuvo que arriesgar su vida intentando ubicar nuevamente un tubo de luz.
Más tarde Loreley, la que se jactó hace unas semanas de que pasó semanas sin comer, se quejó porque tenía un dolorcito en el dedo del pié. Y, cuando terminó el vivo, por suerte no escucharon el discurso vacío que tiró Jésica: 'no me mandan tintura, extraño a mi hijo, no me ponen la música que quiero...'
Leandrito se largó a hablar y demostró ser tan boludo como creíamos. Propuso que duerman todo el día, que no bailen en el SUM y planteó una guerra con la producción para que el rating caiga; mientras tanto, Lucecita se desquiciaba porque no la dejaban hablar.
Empezaron a decir todo lo desacuerdos que estaban con la producción y no entendí por qué seguían en la casa si tenía la opción de irse. La noche avanzó, la transmisión terminó y ellos siguieron tejiendo estrategias para vapulear al programa.
Entrada la madrugada se tranquilizaron. Veremos cómo siguen...Conozca
Ganancia en la bolsa